El dudoso honor de llamarse Gus Hansen

La historia de Gus Hansen, el jugador con más títulos del WPT pero también el que más dinero ha perdido en las mesas de poker online.

Gus_HansenGus Hansen es el gran enigma en el mundo del poker: el acertijo final por descifrar. El danés, de profesión apostador, ha hecho del juego su vida y del poker su refugio. Durante años ha sido criticado por su estilo peculiar en las mesas pero gracias a él ha ganado más de diez millones de dólares en torneos en vivo y es el único jugador en tener en su vitrina tres títulos del WPT. Al mismo tiempo, Phil Galfond, uno de los mejores jugadores del mundo, aseguró que Hansen es la razón por la cual se arman las mesas online de High Stakes donde grandes sumas de dinero cambian de mano en un instante.

Seguramente tiene razón: Hansen es el mayor perdedor en la historia de Full Tilt Poker, la sala que lo patrocina, con una cifra que supera los dieciocho millones de dólares. ¿Por qué sigue jugando entonces?

Lo mejor es conocer su historia. Pero antes, una advertencia: este texto lo escribí originalmente para CodigoPoker y lo corregí hacer un par de días. Es sólo poker y además es muy largo. Pero si las pica la curiosidad, adelante… nos vemos al final del túnel.

1. Un apostador profesional

Gustav Hansen nació en Copenhagen, Dinamarca, en 1974 y desde muy joven eligió su profesión: apostador. Con una gran pasión por los juegos de mesa, Gus se encontró a principios de los noventa viajando con un grupo de amigos disputando largas partidas de Backgammon. Este juego, además del poker, ha sido la gran pasión de Hansen durante toda su vida y ha ganado grandes sumas de dinero gracias a él.

En el backgammon, como en el poker, es imposible a ciencia cierta establecer quién es el mejor jugador del mundo. Casi siempre esta decisión estará atravesada por gustos o preferencias personales aunque en el backgammon la decisión tiene un tinte más democrático: cada año los mejores jugadores votan por aquel que piensan que debe liderar el ranking y a partir de ahí se arma la lista de los mejores 32 jugadores del mundo.

Hansen nunca ha logrado estar en el Top 10 de dicha lista. Ni siquiera en el Top 20. Pero sus habilidades le han permitido formar parte del Top 32 en varias ocasiones y nunca ha dudado en priorizar una partida de backgammon ante una partida o torneo de poker. En 2010  había clasificado al día dos del High Roller en el EPT ((European Poker Tour)) de Monte Carlo, (pagó una entrada de €50.000 euros) pero nunca se presentó a jugar y su pila de fichas se desvaneció en algún momento de la jornada. “Creo que soy uno de los pocos jugadores que pueden anotarse al High roller y no jugar el día dos por preferir una partida High Stakes de backgammon”, fue lo único que dijo al respecto.

Los rumores, que nunca se pudieron confirmar, aseguraban que Hansen se encontraba disputando una partida privada con un millonario ruso y el premio ascendía nada menos que a dos millones de euros. Una oportunidad que no podía dejar pasar.

Desde el principio de su carrera como jugador, cuando formaba parte de su grupo de backgammon, era el que tenía oscilaciones millonarias y, de hecho, el único que sigue teniendo las apuestas como medio de vida. A pesar de sus altibajos, Gus siempre se mantenía en positivo y su primer bankroll (el dinero disponible para jugar) para el poker fue creado de forma integra gracias a las partidas de backgammon.

A finales de la década de los noventa, Hansen dejó Europa con destino a Las Vegas para probarse como jugador de poker y así comenzaría a forjar su leyenda.

2. El Gran Comienzo

Como en todos los aspectos de su vida, Gus no siguió el camino trazado por el resto de los mortales: no escaló niveles de forma progresiva ni leyó libros hasta llegar a lo más alto. Hansen era mejor que eso: con el dinero acumulado en Europa, llegó a Las Vegas y su primera experiencia con el poker, tras apenas aprender las reglas y las estrategia básica, fue en una partida de $300/$600.

“No pasa muy a menudo, que alguien aterricé en la partida más alta tras apenas aprender las reglas”, explicó Hansen, “Y esta de una de las razones por las cuales mi pensamiento no es nada ortodoxo”. El pensamiento. La manera en que Hansen piensa y juega las manos. La razón fundamental de todas las críticas que se le realizan a su juego.

¿Conoce el gran danés las opiniones vertidas a su alrededor? Por supuesto que sí. Pero, al contrario de afectarle, se lo toma con filosofía. Asegura que le hace trabajar más duro en su juego con el objetivo de demostrar a sus detractores, que no son tantos como sus fanáticos, que están equivocados. “Soy uno de los pocos que no han aprendido nada de un libro”, aseguró, “Y es más que justo llamar a mi estilo… interesante”.

Pero para tener críticas primero tuvieron que llegar los triunfos. Y Hansen los tuvo a lo grande: Cuando el World Poker Tour estaba dando sus pasos iniciales en Estados Unidos y las audiencias de las emisiones eran altísimas, Gus ganó tres eventos de este circuito y es, hasta el momento, el único jugador que puede presumir de haber conseguido esta hazaña.

Su primer triunfo fue en el WPT Five Diamond Poker Classic por medio millón de dólares y pocos meses después repetía la hazaña en el WPT L.A Poker Classic por la misma cifra. En enero de 2004 levantaba el trofeo del WPT Caribbean Adventure por $455.000 dólares y en ese momento su nombre ya estaba en la mente de todos los jugadores de poker del mundo, profesionales y aficionados. Había un danés loco destrozando los torneos: denle dos cartas cualquiera y puede ganar el pozo.

Gus descolocaba a sus rivales con sus decisiones poco ortodoxas. “Se volvió loco”, exclamó Antonio Esfandiari cuando el danés pagó una apuesta que consiguió eliminarlo del torneo. No, no se volvió loco. Siempre estuvo así.

Desde su primera victoria en el WPT, Gus levantó un trofeo en diecisiete ocasiones más y en cada evento dio muestras de su sangre gambler que, dentro de todo, parecía funcionarle muy bien, al menos en torneos en vivo. En la actualidad, tiene ganancias nada menos que por once millones de dólares.

Con sus primeras victorias en el WPT y el boom del poker online, Gus encontró rápidamente un lugar para invertir sus ganancias. En 2003 fundó la sala de poker online PokerChamps.com y dos años más tarde la vendió por quince millones de dólares a Betfair. Un negocio redondo. Ese mismo año protagonizó un DVD titulado “Texas Holdem: Estrategias avanzadas con Gus Hansen” pero la gran sorpresa llegó en 2008 cuando lanzó el libro: Every Hand Revealed.

La vida tiene un gran sentido del humor. El hombre que clamó a los cuatro vientos jamás haber leído un libro de estrategia pokeril, que desorientaba a sus rivales con sus jugadas rocambolescas, se animaba a pisar el mercado editorial. El libro era sencillo: se trataba de una narración mano por mano del Main Event del Aussie Millions, un evento que Hansen ganó en enero de 2007.

3. Un tipo diferente de animal

A Hansen le gustan los números y las estadísticas. Sabe, por ejemplo, que desde que apareció por primera vez en Full Tilt Poker, allá por el 2006, ha sido el jugador que más manos ha disputado en la sala en High Stakes. La cifra es nada menos que 1.5 millones de manos. Esto es más de 20.000 sesiones en ocho años.

Pero si los torneos en vivo han sido amables y prolíficos para Hansen, en las mesas por dinero real online la historia es muy diferente. Son un animal completamente distinto. En toda su carrera haciendo clicks en FTP, Hansen ha perdido $18.4 millones de dólares y es el jugador que más dinero ha derrochado en las mesas virtuales. Inclusive supera al millonario y fundador del Cirque Du Solei, Guy Laliberté, que regó más de diez millones en las mesas bajo tres seudónimos diferentes.

“La cifra es correcta”, dijo Hansen alguna vez, “Es una cifra grande. Muy grande”. Cualquiera diría que Hansen tendría la capacidad de darse cuenta que su habilidad en PL Omaha, la modalidad que más juega online, no es la misma que en otras disciplinas y tendría que pensar en dejarlo. Pero no es así. “Obviamente sería muy estúpido no escuchar lo que los números te están diciendo”, explicó, “Pero Omaha es un juego muy peculiar y habrá muchas altas y bajas y no es descabellado pensar que un upswing esté a la vuelta de la esquina”.

Hansen siguió intentando y, de hecho, su predicción fue acertada. Entre diciembre de 2010 y mayo de 2011, poco antes del Black Friday, Gus encabezaba la lista de ganadores en los High Stakes con poco más de cinco millones de beneficios y parecía sólo cuestión de tiempo para que encontrara la salida del largo y oscuro túnel en el que él mismo había entrado años antes. “Había arreglado algunas cosas de mi juego y estaba jugando bien y teniendo suerte”, afirmó.

Entonces llegó el Black Friday (El gobierno de Estados Unidos embargó las salas de póker más importantes) y después la debacle de Full Tilt Poker. Gus Hansen, sorprendido por los hechos, reveló que tenía $2.5 millones de dólares atrapados en la sala y durante un año decidió alejarse de las mesas virtuales y tratar de disfrutar la vida. Nunca fue una cuestión de dinero y eso se ha asegurado de aclararlo en múltiples ocasiones. A pesar de las cifras que a cualquiera alarmarían, Hansen asegura tener estabilidad económica: “Todavía estoy aquí, juego High Stakes y no me banca nadie. Eso significa que estoy bien”.

4. Hansen Super-Star

Gus Hansen puede (y lo hace) perder ominosas cantidades de dinero pero se las arregla para mantener su estatus de súper estrella y un estilo de vida digno de cualquier millonario. Hansen ha establecido a Mónaco, uno de los lugares más caros para vivir, como su residencia y desde allí decide sus actividades cotidianas.

Casi siempre involucran deportes y apuestas de por medio.

Además de los juegos de mesa, otra de las pasiones de Hansen es el tenis. Aunque nunca llegó a practicarlo de manera profesional, ha estado en las canchas en varias ocasiones y ha dejado pasar muchos torneos de poker si se interponían con duelos importantes de tenis. En el 2009 Gus asistió al partido entre Rafael Nadal y Robin Soderling en los cuartos de final del abierto francés.

El danés estaba en primera fila observando de forma atenta el encuentro y su decepción fue enorme al ver caer a Nadal. El motivo estaba claro: Hansen tenía una apuesta de 1.4 millones de euros para que Nadal ganara, no sólo el encuentro sino el torneo completo. Nadal venía de una racha de 31 partidas sin perder pero Gus tuvo que soportar, una vez más, ver cómo el dinero se le escapaba de las manos.

La pasión por el tenis por parte de Hansen va más allá del deporte en sí. Durante los últimos años se esparció un fuerte rumor que afirmaba que el danés mantenía una relación amorosa con su compatriota Caroline Wozniacki, actualmente la mejor tenista del mundo. Gus negó en un par de ocasiones el rumor aunque ha asistido a todos los partidos importantes de Caroline.

Nombrado como uno de los hombres más sexys del mundo por la revista People en 2004, todo indicaría que a Hansen no se le dificulta estar con hermosas mujeres. Tan es así que, incluso, rechazó una apuesta contra Phil Ivey que quizá muchos no habrían dudado en aceptar. De acuerdo con Gus, simplemente tenía que evitar cualquier contacto sexual (con él mismo u otras personas) durante un año y, si lo lograba, recibiría dos millones de dólares.

“Me pareció muy poco dinero para realizar ese sacrificio”, fue la razón por la cual Hansen decidió no aceptar el desafío.

Pero Hansen no siempre se niega a las apuestas, aunque no le sean precisamente favorables. A principios de 2009, Gus arregló nada menos que un combate de boxeo contra su amigo Theo Jorgensen que se llevó a cabo mientras se disputaba el EPT de Copenhague. El duelo no terminó bien para Gus, quien sucumbió ante los puños de su rival y tuvo que pagar $35.000 dólares. De haber triunfado, se habría llevado $25.000 pero, sobretodo, habría mantenido intacto su orgullo.

5. El olor de las rosas

Cuando Full Tilt Poker se desvaneció después del Black Friday, buena parte de la escena de High Stakes desapareció también. Algunos jugadores decidieron emigrar a PokerStars mientras que otros optaron por la transición a partidas en vivo, lejos de los programas de apoyo. Gus Hansen, por su parte, decidió que era un buen momento para retirarse y tomar un descanso.

Hansen se tomó las cosas con filosofía. En principio dijo haberse sorprendido, como casi todo el mundo, al enterarse del desastre económico que existía en Full Tilt Poker y que causó el cierre de la sala. Además, esta situación lo sorprendió en medio de una gran racha ganadora (era uno de los jugadores más ganadores en ese momento) y, por lo tanto, también vivió en primera persona el hecho de no saber si recuperaría su abultado bankroll en Full Tilt.

A pesar de todo Hansen se alejó de las mesas, aunque aseguró que no era precisamente una por una cuestión de dinero. “Sentí que, ya que era un jugador patrocinado por la sala que tenía problemas, era inapropiado que jugara”, explicó, “Si había algo que podía hacer para ayudar, lo hacía. Si no, simplemente mantenía un perfil bajo”.

El término perfil bajo se refería nada más que al poker online. Hansen no jugó una sola mano en casi dieciocho meses aunque no abandonó su pasión por otros juegos. El ajedrez, el bridge y el tenis ocuparon el espacio dejado por el poker y lo mantuvieron ocupado mientras esperaba la resolución del caso Full Tilt. “Cuando quitas el poker de la ecuación, puedes pasar más tiempo con tu familia y amigos… y además me volví a poner en forma”, afirmó.

Cuando ya el rumor era que PokerStars tomaría el control de la situación y rescataría a Full Tilt Poker, Hansen decidió volver a las mesas y fijó su destino en Macao, el legendario paraíso de apuestas asiático. Su primera incursión en las mesas de cash de Macao fue en enero de 2012 y tuvo tan buenos resultados que repitió la experiencia un mes después.

De esta segunda experiencia llegó, de primera mano, una muestra de que Gus sigue siendo, a pesar de todo lo pasado, un apostador nato sin miedo a nada: “Cuando pones a tu oponente en un set o en un proyecto a color y el river completa el proyecto y dobla una carta ¿Es correcto parar una apuesta de $4.2 millones ($540.000 estadounidenses)? La respuesta posiblemente es no. La mala noticia es que yo lo hice. La buena noticia es que mi rival estaba en bluff y gané un pozo de $1.7 millones”.

Así es Hansen, siempre yendo contra viento y marea y contra toda lógica, inclusive la suya. Aunque gana pozos millonarios, su manejo de bankroll le impide, por ejemplo, participar en torneos de un millón de dólares como el Big One for One Drop. El danés fue uno de los primeros en confirmar su asistencia pero no había pagado el buy-in y sólo participó porque ganó un satélite de $25.000 dólares que entregaba una entrada. De hecho, tuvo dudas de siquiera participar en el satélite.

“No veo nada malo en jugar torneos de $200.000 o un millón de dólares”, relató Hansen, “Depende de las posibilidades del individuo y además este tipo de eventos puede traer jugadores nuevos al entorno”.

5. Un esperado regreso a casa

En noviembre de 2012 Full Tilt Poker volvió a la vida y con él renacieron también las partidas de High Stakes. Un mes antes, Gus Hansen había sido anunciado como el primer embajador de la sala y después se unieron a él Viktor Blom y Tom Dwan como parte del equipo “Los Profesionales”. Un nombre peculiar bajo el que se agruparon tres de los jugadores que más acción han generado en las mesas de poker en la última década.

Desafortunadamente, para Hansen el regreso no ha sido épico ni satisfactorio. Desde que volvió a jugar encabeza la lista de perdedores con un déficit de casi diez millones de dólares y cada vez que se sienta en una mesa los regulares aparecen de la nada. Sin embargo, al contrario de desanimarlo, este hecho lo motiva: “Simplemente me hace trabajar más en mi juego. Digamos que estoy seguro que algunas críticas que se me hacen son equivocadas”.

6. Dos consejos de un profesional

Pocos se atreverían a tomar consejos de Gus Hansen pero, en una entrevista, se atrevió a dar dos.

1. Una buena manera de preparase para una sesión es realizando un sudoku o acostarse con una modelo de Victoria Secret. Lo que quieran.

2. Lo único que disfruto 10-Handed ocurre en mi cama un sábado a la noche.

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